La semana pasada tenía que entregar mi primera BBQ Box para una tienda especializada en barbacoas y el soldador que suelo usar tenía que entregar otro trabajo, así que tuve que tirar de Google para encontrar otro.
Dicen que “quien busca encuentra” y así fue como llegué al taller de Miguel, un señor de 68 años de hablar muy pausado y bajito (inclusive cuando se enfada). Él dice que ya no ve tan bien, pero a pesar de no ver claramente lo que hacen sus manos, puede ver lo que hacen las de su hijo de 36 años al otro lado de la nave para guiarlo cuando hace falta. La típica escena del maestro y el aprendiz.
Tuve mucha suerte de que el taller de Miguel pudiera atender mi pedido de un día para otro, aunque lamentablemente no fue suerte sino todo lo contrario. Antes de la COVID su taller fabricaba los stands, exhibidores y estructuras para empresas de eventos y ferias, pero con el COVID los eventos prácticamente han desaparecido (creo que sin el “prácticamente”).
El taller de Miguel es un negocio de 3era generación y están en la misma nave desde 1973. Casi cincuenta años han pasado desde entonces. Se dice rápido, pero si se tiene en cuenta que el 75% de los negocios fracasan el primer año, me imagino que hay mucho que aprender de él y de las crisis que tiene que haber sorteado.
Como estoy empezando con mi proyecto de Cajas Chinas, no me aguanté en pedirle algún consejo para mantener un negocio tantos años a flote y me mencionó dos cosas como las más importantes:
No trabajar por dinero, es decir, no intentar forrarse en cada proyecto sino establecer lazos con sus clientes.
Y lo segundo que me dijo fue, que de cada 10 años hay 1 bueno. (Ojalá que no sea tanto así por favor, sino vaya paliza que me espera).
El primer consejo siento que lo estoy viviendo en este momento, porque aún no veo dinero (bueno si, el que invierto), sin embargo, estoy disfrutando como nunca en el trabajo y como dije al inicio, estoy empezando a vender mis cajas en una tienda, así que espero que se sigan abriendo oportunidades como esa.
Lo segundo es algo que recientemente he aprendido a ver con fascinación de las personas mayores. Esa facilidad para relativizar las cosas malas que pasan en la vida y también, en la vida de las empresas. Para ellos, simplemente todo pasa y tienen claro que las épocas malas son algo que está en el ADN de la vida, así que ven la COVID y sus efectos como parte de esos malos años…ni más ni menos. En el caso de Miguel, además de la COVID, las innovaciones tecnológicas también le hacen mella en su oficio, porque cada vez abundan más las empresas que pueden hacer el mecanizado del metal por computadora, aunque por el momento son más rentables para producciones a media y gran escala.
Al conocer un maestro como Miguel me da entre pena y nostalgia que un oficio como el suyo tienda a desaparecer y con ello tanta experiencia y sabiduría de quienes han llevado sus riendas durante tantos años.
Sin embargo, quiero pensar que después de mi buena experiencia con Miguel, que gracias a su entrega con los proyectos de sus clientes, su saber hacer y su temple, le quedarán muchos años buenos por delante y de los cuales espero ser parte. 🙏
Noviembre 2020
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